viernes, 24 de octubre de 2008

Fe, confianza y autoestima

Fe: Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o
de algo.
Confianza: Esperanza firme que se tiene de
alguien; seguridad que alguien tiene en sí mismo; ánimo, aliento, vigor para
obrar.
Autoestima: Valoración generalmente positiva
de sí mismo.

La fe en uno mismo requiere confianza, y la confianza seguridad. Y todo ello depende mucho de la autoestima.
Estos tres conceptos son los que debo mejorar en mi vida, porque a veces son cajitas que me encuentro medio vacías.
Escasea la fe en mi misma al mismo tiempo que aumenta el miedo a que los demás se sientan defraudados por tener fe en mí.
La confianza desaparece al mismo tiempo que la seguridad se va dando portazos.
Y la autoestima viene y va con la marea.


No debo creer que no tengo capacidades para hacer aquello que me había propuesto.
No debo creer que siempre soy yo la culpable de todo.
No debo dejar de creer en mí.
No debo dejar de creer en mi.
No debo dejar de creer en mi.


[* Gotta find your inner strength *]

miércoles, 22 de octubre de 2008

Mis razones para sonreir...


A veces no sé como llegaron a formar parte de mi vida. A veces creo que fueron ellos los que me encontraron a mí y no al revés, o tal vez yo inconscientemente también los haya buscado. O quizás haya sido el destino el encargado de cruzar nuestros caminos.
Sea como fuere, ellos son los que han dibujado una sonrisa en la pared y en mi cara.

miércoles, 15 de octubre de 2008


Que esas rejas que nos forjamos se diluyan en los silbidos del viento


sábado, 11 de octubre de 2008

Recordando...

Observando con detalle mi habitación, caigo en la cuenta de que esta llena de recuerdos mire hacia donde mire.
Esa vieja foto de hace ya bastantes años que adorna la cómoda, y que retrata el rostro de esa niña de ojos soñadores.
Eses discos autografiados por un cantante que un día pusieron banda sonora a mi vida.
Ese puzzle de 500 piezas al que dedique parte de mi tiempo, para resolverlo, poco a poco, pieza por pieza, con paciencia.
Ese peluche que un día me regaló un amigo y que hoy me recuerda que nuestra amistad ha vencido al tiempo y a la distancia.
Ese libro guardado en la mesita de noche, ese libro de magia que un día me regaló alguien verdaderamente mágico y que me hizo ver que “tener fe es como tener alas”.
Ese pequeño álbum del último cumpleaños, en el que no solo hay fotos, si no que en sus entrañas también guarda alguna que otra letra, y sobre todo mucho cariño.
Esa cajita de besos custodiada por un pato amarillo.

Sigo observando y encuentro esa carpeta en la que guardo tantas cosas, que tal vez para el resto del mundo tan solo sea basura. Las entradas de cine caducadas para recordar aquella tarde, el silbato de aquel concierto en el que pedía a gritos que no se acabara la noche, el billete de tren que en un día cualquiera del calendario logró que yo rompiera con la distancia, aquella carta que alguien un día me escribió (oh, como me gustaba escribir y recibir cartas), tantas cosas más…

Y no se porque colecciono fotos, cartas, billetes de tren, unas simples entradas. Ni tan siquiera sé porque escribo mis días en papel.
A veces pienso y creo encontrar el motivo: miedo a olvidar.

Miedo a olvidar todos los momentos que un día me hicieron sonreír.

jueves, 2 de octubre de 2008


Aprender que la belleza se esconde en las cosas más sencillas. Aprender que lo verdaderamente importante reside en los pequeños detalles. Esos que pintan la vida más bonita.