miércoles, 23 de noviembre de 2011


Que no me gustan los besos vacíos, ni los abrazos de alquiler.
Que esas dos palabras suenan mejor si vienen de unos labios que lo demuestran. 
Que la felicidad, al fin y al cabo, sabe mejor si es compartida.


sábado, 19 de noviembre de 2011

Recuerdo de un derbi...

Desde primera hora de la mañana, el día prometía ser interesante y ajetreado. Me esperaba una posible visita familiar, una visita de mis amigos, y disfrutar de "mi primer derbi".
Creo que era un acontecimiento que todos los deportivistas esperábamos desde incluso antes que le marcaran una fecha en el calendario.
Y ese día había llegado, un 13 de noviembre se iba a producir ese encuentro entre Depor y su eterno rival.
He de reconocer que estaba algo nerviosa. Nunca antes habia presenciado un derbi, no sé como sería el comportamiento entre ambas aficiones, tenía unas ganas enormes de disfrutar de todo eso. Sabía que se esperaba un lleno absoluto del estadio.

La mañana transcurrió entre chocolates y llamadas telefónicas. Y pronto llegó el momento de enfundarse en esa camiseta y ponerse al cuello aquella vieja bufanda. A las 18:30 de la tarde, salí hacia el estadio en la mejor de las compañías. 
Allí me esperaban mis amigos, y poco despues hizo aparición mi compañero de piso.

Entregué unas entradas, y a cambio me regalaron una caja enorme de bombones, la cual no sabía si me iban a dejar pasar al estadio. Al final, no tuve que chantajear a nadie con los "Ferrero Rocher": aproveché que en la entrada registraban bolsos ajenos para escabullirme de que hicieran lo mismo con el mío.
Ya podía llevar piedras en vez de chocolates, que allí nadie se enteraría. Será que tengo cara de niña buena....

Acompañada por otro deportivista y por un celtarra, tomamos asientos en la zona de pabellón inferior. Creo que todos estábamos impacientes.

Pocos minutos antes de dar comienzo el partido los Blues desplegaron una pancarta enorme que rezaba: "Quen teña honra que nos siga".

Y el balón empezó a rodar por el campo. Pronto llegó el gol a favor nuestra gracias a un gol en propia del rival. Ambos equipos luchaban por el balón. Nos empataron el partido. La grada de los celestes celebraban como nunca. Aunque la felicidad les duró poco. Lassad marcaba el gol de la victoria y todo el estadio saltaba de alegría.

El día terminaba de una forma estupenda: amigos, una caja de bombones, una victoria blanquiazul, una apuesta ganada y  una "tarta de Taylor" para cenar.

O derbi non se xoga, se gaña.

Sin duda, un "derbi" para recordar..





jueves, 3 de noviembre de 2011