domingo, 7 de agosto de 2011

Empezando el camino hacia los 24...

Cuando el reloj marcó las 00.00 comenzaron las felicitaciones, y no sólo eso. Tras un abrazo, mis hermanos me hicieron un gran regalo, lo que mejor saben hacer: una canción. Con su voz y su guitarra, sonó "Stand by" de Extremoduro ("Bebe rubia la cerveza pa' acordarse de su pelo...").
Mensajes de madrugada, que a penas recordarba responder.

La tarde de ese 5 de Agosto, estuvo marcada por ellos (aunque echaba en falta a algunas personas): risas, chistes malos, puteos hacia mi persona (porque un cumpleaños sin puteos no sería mi cumpleaños), tarta en mi nariz, champán.


Porque el camino hacia los 24, no es más que disfrutar de los momentos que me regalen los 23. Y que en esos 23, no me falten ninguno de "Ellos".

viernes, 5 de agosto de 2011

365



Un día de agosto de hace exactamente un año, las cosas eran totalmente distintas. Y es que 365 días dan para muchas vueltas, muchos giros, y muchos cambios.

En todo este tiempo he reído y me han hecho reír a carcajadas, he regalado y me han dibujado sonrisas. He llorado de alegría, de tristeza, de rabia, de impotencia.
Pocas veces ha sucedido, pero también me he enfadado, y se han enfadado conmigo. Ante todo, he sabido pedir perdón. Me he equivocado muchas veces y acabé aprendiendo de mis errores. Tampoco olvidaré que he tomado decisiones acertadas que me han llevado por buen camino, decisiones que sólo podía tomar yo. Las decisiones siempre son difíciles, ¡vaya que si lo son!
He vivido una guerra entre cabeza-corazón, y la mayoría de las batallas las ha ganado este último.
Renuncié a oportunidades porque, sinceramente, no era mi momento.
Me ilusioné (porque de ilusiones no se vive, pero sin ellas tampoco), y también me he caído de las nubes.
He vivido momentos en los que se podría decir que la realidad supera a cualquier guión de película de ciencia ficción.
Me han hecho cosquillas en el corazón.  Fui valiente.
He conocido a nuevas personas que sin pedirlo me dieron su confianza, para mí tan valiosa.
Me han escuchado, me han aconsejado, me han querido, me han mimado en todo momento.

Tantos días, tantas momentos, tantos cambios, tantos recuerdos. Todo se puede resumir en que he aprendido, aprendido muchas cosas.


Pero sobre todo, GRACIAS a vosotros, por compartir aunque tan sólo fuera un segundo conmigo. Porque sin duda, habéis hecho de mi mundo un lugar más feliz.

martes, 2 de agosto de 2011



Mírame y haz que me pierda en tu mirada, 
como si el tiempo ya no existiera en ese viejo reloj.
    
Enciéndeme con el fuego de tus besos; derríteme como si fuese de cera, 
como la de esas velas que crean luz en la oscuridad de este galeón.
      
Navega en mis mares, explora cada rincón perdido del mapa de mi cuerpo.
   Acaríciame, y pon rumbo hacia la sin razón.
   
Déjate llevar
que yo prometo coser aventuras para dos.
  
Echa el ancla en la playa de la locura
y haz que suspire entre las olas por tu pasión.
  
Emborráchame de tus sonrisas,
pues son mejores para olvidar las penas que cualquier vaso de ron.

Llévame al cielo de tu mano,
te regalaré un par de estrellas,
acelera cada latido con el susurro de tu voz.
      
Tatua un recuerdo en mi espalda, 
para no olvidar que aquel sueño de verano fue de los dos.

      

lunes, 1 de agosto de 2011

¡No le abandones!

A veces pienso que son unos rebeldes sin causa, pero sin duda tienen un gran amor por todo animal viviente.

Ayer, mis hermanos llegaron a casa con un perro que les habia seguido. Decían que llevaba dando vueltas por el pueblo y que siempre acababa volviendo a la playa, donde ellos estaban. El pobre animal estaba asustado, lloraba. No sabíamos si se había extraviado o perdido, aunque todo hacía presagiar lo segundo (no tenía collar). Parecia no llevar mucho tiempo sola, tenia el pelo brillante, y no estaba para nada descuidada.

Tratamos de darle de beber pero no quiso.
Y mientras tanto se me ocurrió llamar a una vecina que sabía que colaboraba con la protectora de animales. Para nuestro pesar, aquí no hay refugio, con lo cual dependen de las casas de acogida que estaban ya a tope. Con lo cual me dijo que le hiciera un par de fotos, para ver si alguien se animaba a darle un techo ante la imposibilidad de dárselo nosotros.

Le dimos de comer. Tenía hambre. Se dejaba acariciar.

"Un poder conlleva una gran responsabilidad", pues lo mismo sucede cuando uno decide poner un animal en su vida. Una vez tomas la decisión, es con todas las consecuencias y responsabilidades.
Así que si esa es la decisión que tomas, pase lo que pase, no le abandones. Si no te puedes hacer cargo por cualquier circunstancia en un momento dado, seguro que hay alguien esperando a darle otro hogar, cuidarlo y darle cariño, algo que no va a encontrar en las calles.