Que me ayude a perder el miedo a los
monstruos que se esconden debajo de mi cama, que me haga cosquillas
hasta que me duelan los músculos de tanto reír, que me enamore con la
mirada, que no le disgusten mis tonterías y estupideces de niña
pequeña, que me quite la razón cuando no la tengo, que me abrace
por las noches, que me ponga el mundo del revés, que me regale
momentos de placer bajo las sábanas, que me escuche y me comprenda, que
sepa que nunca diré que no a un helado ni aun pedazo de chocolate,
que no le importe que mis caricias sean frías como el hielo, que me ablande el corazón y me derrita con un beso, que no
se asuste si le hablo mientras sueño, que me colme de esos mimos que
tanto me gustan, que me despierte con una sonrisa, que entienda que a
veces me vuelvo un poco ñoña y romántica, que cuando haya cosas que me duelan me "suba a un tejado", que esté dispuesto a compartir los febreros, abriles, agostos y noviembres; que pueda vivir con mis
defectos,
que estea lo suficientemente loco como para tener el valor
de atreverse a quererme.