Besó de mí todo lo desconocido.
Nos perdimos entre sábanas.
Probamos el placer de lo prohibido.
Con su sonrisa puso luz a los rincones más oscuros.
Rompió la barrera de mi timidez. Dejó mi lado salvaje a su libre albedrío.
De una isla se inventó un reino para hacerme sentir princesa, princesa de paraísos perdidos.
Yo quería fotografiar momentos, el me enseñó a vivirlos.
Aprendí a olvidar las horas, a medir el tiempo en latidos.
Pareja increíble. Amante inolvidable. Mejor amigo.
[Y van 9, y alguno que otro más...]
2 comentarios:
Me ha encantado el poema. Lástima que escribas pocos ;) Un abrazo, Capitana!
Eso es, sin duda, de lo más valioso que puedes encontrar en alguien ;)
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