miércoles, 8 de agosto de 2012

[ 9 ]

Dibujó con sus dedos sueños en mi espalda.
Besó de mí todo lo desconocido.
Nos perdimos entre sábanas.
Probamos el placer de lo prohibido.
Con su sonrisa puso luz a los rincones más oscuros.
Rompió la barrera de mi timidez. Dejó mi lado salvaje a su libre albedrío.
De una isla se inventó un reino para hacerme sentir princesa, princesa de paraísos perdidos.
Yo quería fotografiar momentos, el me enseñó a vivirlos.
Aprendí a olvidar las horas, a medir el tiempo en latidos.

Pareja increíble. Amante inolvidable. Mejor amigo.

[Y van 9, y alguno que otro más...]

2 comentarios:

Fabio Dacosta Gutiérrez dijo...

Me ha encantado el poema. Lástima que escribas pocos ;) Un abrazo, Capitana!

uenrly dijo...

Eso es, sin duda, de lo más valioso que puedes encontrar en alguien ;)