miércoles, 3 de febrero de 2010

Aquella niña, a la que a penas conocían la voz, lo miraba de reojo. Ella acababa de llegar desde tierras muy lejanas, había cruzado el gran charco. Él la miraba. Como ella nunca le prestaba atención, el le decía: india, india. Eres India.

Quien le iba a decir a la mujer en la que se convirtió que eso que tanto detestaba que le dijeran de pequeña, sería algo por la que la conocerían muchas personas hoy en día. Y eso quizás es en parte gracias a él...

Ahora sólo quedan los recuerdos.

Nunca asumes que vas a perder a alguien, hasta el día en que sucede. Incluso cuando sucede, es difícil de asumir.
Hace algo más de una semana, él se fue para no volver, dejando un vacío en aquellas personas que le queriamos.


Y esas personas no te olvidan...

2 comentarios:

Lim dijo...

Gracias cachiña, por acordarte de tu tío y dedicarle esta entrada,todavía lo estoy oyendo, llamandote "india".
Te quiero mucho cariño, moitos biquiños.

Fabio Dacosta dijo...

Siempre entristece perder a alguien... pero no podemos olvidar... eso sería todavía más triste. Ánimo ;*