jueves, 10 de julio de 2008

Al atardecer....


Cae la noche,
el sol huye escondiéndose en el horizonte
y una luna plateada hace presencia en el cielo estrellado.
Camino lentamente,
sintiendo la fría arena bajo mis pies.
Estamos solos: el mar y yo...
Ese mar, fuente de tranquilidad,
guardián de mis silencios y testigo de mis sueños.
Observo las estrellas, que brillan en el cielo azul,
ese cielo que tu y yo compartimos,
ese cielo que abraza las olas haya donde no alcanza la vista.
La brisa marina me acaricia y se enreda en mi pelo,
trae consigo una maleta cargada de recuerdos...
Pasado y presente se fusionan durante unos instantes...
Y en mi memoria aparece el regalo más preciado y sincero,
aquel que es fruto del cariño y del amor,
muestra de afecto de la gente que nos quiere,
aquel regalo que es expresión del alma:
UNA SONRISA DIBUJADA POR EL CORAZÓN


Recordando cosas que había escrito alguna vez, en algún momento...



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