“Lo mejor de los booleanos es que si te equivocas estás a un sólo bit de la solución correcta”
Llevaba mucho tiempo queriendo estudiar esta carrera, desde hace muchos años... Tal vez nadie entendía en su momento el porqué, pero me encantaba, quería aprender más de ese gran mundo de la informática... Y aquí estoy... Aunque la carrera sea dura, y aunque muchas veces me haya planteado que hago aqui, no me arrepiento de haberla escogido...
Y aunque suene a tontería es parte de un sueño.
Y aunque me digan que no soy una chica de verdad por estudiar informática (siempre con cariño) creo que se equivocan, somos pocas... pero somos CHICAS con mayúsculas.
Además, me paso el día rodeada de chicos muahahaha...
_________________________________________________
Hace un tiempo que había escrito este texto en otro de mis pequeños rincones en la red, y un tiempo después aquí estoy, volviendo a reflexionar sobre lo mismo.
Poco queda ya para que se acerque una de los meses más difíciles del año, donde veremos si el esfuerzo da sus resultados. Y siempre suelo echar la vista atrás.
Llegar a Coruña (a
Turquía) con una maleta no solo de ropa sino también de ilusiones, no fue del todo fácil en un principio. Llegaba a una ciudad desconocida, y sola.
Pero estaba en las mismas condiciones que otros, y tuve la oportunidad de en poquito tiempo conocer gente maravillosa, algunas ahora indispensables para mí.
Esa ciudad que al principio tanto me asustaba poco a poco se fue convirtiendo en un lugar especial, un lugar donde también nació un pequeño mundo de dos.
Y con respecto a la carrera, los inicios tampoco fueron fáciles, mas bien fueron muy duros. Muchas veces me ahogué en mis propias lágrimas, y llegué a dudar de si había tomado la decisión correcta, de si debería dejarlo todo o continuar. Fue en ese preciso momento cuando algunas estrellas (esas que iluminan mi estanque en las noches más oscuras), me recordaron lo que yo había olvidado: que nunca me había rendido cuando las cosas se ponían difíciles, que siempre había luchado por aquello que yo quería. Entonces, ¿iba a abandonarlo todo así sin más?
Abrí los ojos, y decidí continuar, al fin y al cabo era parte de un sueño, un sueño que no quería que quedase en solo eso.
Y aquí estoy, tres años después, reafirmándome a mi misma que esto es lo que quiero: quiero ser
ingeniera informática.